Tal día como hoy en el año 1567, la comunidad de Trinitarios Calzados de Sevilla celebró un capítulo, en virtud del cual se debatió sobre la adjudicación a la hermandad de las Cinco Llagas, que entonces se encontraba establecida en la iglesia conventual, de un cercado donde poder edificar su capilla propia. La hermandad obtuvo la propiedad del terreno sin ninguna oposición, y seguidamente fueron aprobadas las escrituras de asiento y concierto, a fin de que ambas partes fueran conocedoras de las obligaciones que asumían.
Frente a esta realidad, debemos tener en cuenta un par de detalles importantes:
a) Que la hermandad ya debería tener bastantes años de existencia, no en vano algunos historiadores como Antonio García Herrera, afirman que si tomamos como fecha fundacional las reglas de 1555, la hermandad llevaría tan solo doce años de relación con la comunidad trinitaria, un periodo muy corto de tiempo ,para que desde la misma, se adjudicara sin ningún tipo de oposición la propiedad de un terreno dentro de su convento.
b) Que en la actualidad y tras la construcción de la nueva iglesia en 1612, nuestra hermandad ocuparía el lugar más antiguo de esta, ya que esta nueva construcción uniría la capilla de la hermandad (hasta entonces una capilla independiente a la del convento), con la nueva iglesia conventual.
Desde la llegada de la hermandad a la capilla, en contadas ocasiones han sido las que ésta la ha abandonado, y todas ellas por causas de fuerza mayor. Valga el ejemplo más conocido, cuando en torno al hecho histórico de la Invasión francesa y la repercusión que tuvo en nuestra ciudad, en 1810 la hermandad obligada por dicha invasión se trasladó al vecino templo de Santa Lucía. Salvando esta excepción, sólo se ha abandonado dicha capilla para ubicar a las Imágenes en el interior del antiguo templo conventual, hoy Basílica de María Auxiliadora, por motivos de obras o reparaciones de la misma.
🖊 Félix Lerma
📸 Archivo
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